Viajar a Etiopía
Ven a Etiopía. La cuna de la humanidad.
Este crisol de culturas que es mi país, ofrece lugares y experiencias únicos y extraordinarios que hacen de este destino uno de los más especiales y auténticos de África.
Etiopía es desconocida e indómita.
Su historia guarda infinidad de leyendas como la de la mítica Reina de Saba, y sus paisajes, su cultura y sus gentes sin duda sorprenden al visitante.
Etiopía también brinda la experiencia de poder visitar tribus. Los grupos étnicos son de los más ancestrales que existen en el planeta.
El sur del país es un enclave antropológicamente extraordinario con etnias como los Mursi, los Karo, los Hamer o los Nyangatom entre otros, que hacen que visitar el Valle del Omo no deje a nadie indiferente y resulte una experiencia extraordinaria.
El país cuenta también con imponentes recursos naturales. Lugares como Las cataratas del Nilo Azul, la cordillera del Simien, con montañas que superan los 4000 metros, localidades como Lalibela, la ciudad Santa para los ortodoxos etíopes, el reino de Axum, el lago Tana y Gondar, testigos de una cultura sin precedentes en África, pertenecientes a la antigua Abyssinia, al norte del país; región de reyes y viejos imperios con más de tres mil años de antigüedad que ofrecen paisajes bellos y singulares.
Etiopía regala un viaje en el que disfrutar de mucha variedad paisajística. Y cuenta con varios lugares a los que la UNESCO ha otorgado el título de Patrimonio de la Humanidad.
Cimas altas y frías contrastan con la cercanía de uno de los lugares más cálidos de la tierra, el desierto del Danakil y su volcán Erta Ale. Enclaves excepcionales del país.
Son muchas las rutas para comprobar el gran contraste y las oportunidades que ofrece visitar Etiopía.
En el norte, historia y catolicismo, en el noroeste las Montañas Simien, al este la Etiopía más musulmana
Y en el sur la más ancestral, con sus tribus.
En Addis Abeba , la capital diplomática de África también podrás disfrutar de su moderna urbe, con visitas a museos, así como de su versión más tradicional gozando con su ceremonia del café, por ejemplo o de unas fantásticas compras de su amplia artesanía en los mercados locales, o también en sus vanguardistas tiendas.
